En numerosas ocasiones os he hablado sobre los beneficios que ofrece el aprendizaje de idiomas, pero esta vez quiero profundizar en sus beneficios sobre nuestra salud, más concretamente, en el campo de la neurología.
El entrenamiento mental que requiere la habilidad de aprender un nuevo idioma supone un ejercicio intenso para el cerebro y es uno de los entrenamientos cognitivos más complejos. Entre los especialistas hay pocas dudas de que los niños puedan aprender dos o tres lenguas con facilidad y que es bueno para su desarrollo cognitivo. Lo que los expertos aún no tienen claro es si aprender varias lenguas en la adolescencia o en la edad adulta, tiene el mismo efecto. De lo que no hay duda, es de que ofrece beneficios a cualquier edad.
Hasta ahora, no se ha logrado determinar la edad óptima para el aprendizaje de idiomas, pero se sabe que hasta los cuatro años de edad, aproximadamente, es cuando el cerebro es más receptivo ya que a una edad muy temprana puede retener nueva información después de escucharla una única vez, lo cual no ocurre posteriormente. Después de los primeros años de nuestra vida, el sistema cerebral se vuelve menos plástico y no le resulta tan sencillo adquirir nuevos conocimientos. Por otro lado, dejar claro que los beneficios cognitivos de aprender nuevos idiomas se producen a todas las edades y siempre obtendremos ventajas para nuestro cerebro. El efecto positivo que produce, es independiente a la edad en que se aprende. Es decir, nunca somos demasiado mayores para aprender un nuevo idioma.
Diferentes estudios confirman que hablar más de un idioma produce un desarrollo más intenso de las áreas del cerebro encargadas de las funciones de ejecución y atención, lo que ayudaría a prevenir ciertas enfermedades neurológicas. Thomas H. Bak, reconocido neurocientífico de la Universidad de Edimburgo y miembro del Centro de Envejecimiento Cognitivo y Epidemiología cognitiva, es uno de los principales investigadores de los efectos del bilingüismo y multilingüismo en nuestras funciones cognitivas. Afirma que hablar varios idiomas potencia la protección de la «reserva cognitiva», es decir, actúa como protector para conservar las funciones cognitivas que se desarrollan durante el envejecimiento.
A continuación, veamos uno a uno los beneficios que aporta el aprendizaje de idiomas:
– Retrasa posibles enfermedades neuronales: No hay manera de evitar adquirir ciertas enfermedades con el paso del tiempo y el envejecimiento neuronal, pero podemos intentar retrasar su aparición unos 4 ó 5 años. Cuanto más usemos el cerebro, más evitaremos el deterioro de sus funciones.
– Mejora la memoria: Al tener que memorizar nuevo vocabulario, reglas, expresiones, etc., estamos ejercitando la retención cognitiva de nuestro cerebro. Además, estos efectos son positivos tanto en la memoria a corto, como a largo plazo.
– Mejora la capacidad de concentración y atención: Resulta más fácil concentrarse en tareas y controlar la atención sin distraerse en estímulos irrelevantes. Ofrece la capacidad de controlar que nuestras facultades mentales se centren sobre una tarea concreta, ya que el cerebro está acostumbrado a un entorno más complejo.
– Resulta más fácil aprender otros idiomas: Si ya tenemos el cerebro entrenado es mucho más fácil que realice los mismos patrones para aprender otro idioma en el futuro. Utilizamos otras regiones de nuestro cerebro que las personas monolingües no utilizan, por tanto, esas «rutas» elaboradas para llegar a un recuerdo ya está más entrenadas, por ejemplo, una nueva palabra en otro idioma. En la producción del habla hay diferentes pasos, saber la idea que se quiere transmitir, encontrar las palabras para expresar esa idea, organizarlas mediante la construcción de frases, realizar los movimientos necesarios para emitir los sonidos, etc.
– Mayor capacidad multi-tarea: El cerebro es más flexible y capaz para cambiar de una actividad a otra con mayor rapidez, algo muy habitual en nuestra vida diaria y en nuestro trabajo. Además, lo hace sin dificultad ya que está acostumbrado a alternar también de idioma al hablar y hace que el cerebro procese varias cosas a la vez.
– Mayor capacidad de decisión: Una investigación publicada en la revista Pshychological Science determina que las personas que hablan varios idiomas son capaces de tomar decisiones más razonadas. Según conclusiones de algunos lingüistas e investigadores, cuando pensamos en nuestra lengua materna, existe una mayor carga emocional en las decisiones que tomamos, pero al reflexionar en otro idiomas, la decisión es más racional como si fuera un proceso de razonamiento con un análisis lógico, por lo que se tiene un mejor control de los impulsos.
– Mejor resolución de problemas: Para el cerebro, aprender un nuevo idioma es similar a descifrar un código. Requiere que activemos partes del cerebro que de otro modo permanecen latentes. Conforme vamos aprendiendo, estudiamos nuevas expresiones, construimos nuevas frases, trabajamos textos, etc., para su comprensión (para “resolver” ese código) nuestro cerebro activa esas zonas y lo enfoca con mayor creatividad.
– Mejor flexibilidad cognitiva: Según explica The Journal of Neuroscience, esto significa una mayor capacidad de adaptación, se posee más facilidad para adaptarse a una circunstancia nueva o inesperada al estar acostumbrado a cambiar de un idioma a otro de forma inconsciente.
– Mayor empatía: Cuando una tarea requiere considerar la perspectiva de otra persona para comprender su significado, se posee mayor capacidad para comprenderla y ponerse en su lugar. Cuando escuchas tu lengua nativa en el extranjero, te genera mayor empatía, ¿verdad? A esto se refiere al pensamiento crítico, es decir, cuando una persona desarrolla la conciencia lingüística y reflexiona sobre su propio pensamiento, se implementa la capacidad de pensar y actuar desde otro punto de vista. Así aparecen nuevas perspectivas de ver la vida y estar conectados con el mundo. Esto hace más fácil relacionarse con otras personas y conocer nuevas culturas.
“If you talk to a man in a language he understands, that goes to his head. If you talk to him in his own language, that goes to his heart.” Nelson Mandela
– Aumento de la materia gris: Esta es una sustancia que conecta diferentes secciones del cerebro y su aumento está relacionado con las partes del cerebro asociadas directamente con el aprendizaje de idiomas, el hipocampo, y con las habilidades lingüísticas, la corteza cerebral. Hay varios estudios, uno de ellos en la Universidad de Lund (Suecia), que determinan este efecto es similar al crecimiento de un músculo cuando lo ejercitamos de manera habitual.
En el pasado existía la creencia de que exponer a los bebés a más de un idioma provocaba que sus cerebros sufrieran una especie de “colapso”, y que confundieran ambos idiomas, contribuyendo negativamente en su coeficiente intelectual. Pero ningún estudio científico ha asociado el bilingüismo con ningún inconveniente para el organismo, todos concuerdan en una cosa, hablar varios idiomas proporciona únicamente ventajas.
Con todo esto no quiero decir que criarse con dos o más idiomas, o aprenderlos en la adolescencia o en la edad adulta, nos otorgue un “poder universal”, pero de lo que no hay ninguna duda, es que nos ofrece un gran e importante beneficio real, ayuda a nuestro cerebro a mantenerse sano durante más tiempo.
Como en cualquier enseñanza, la metodología que se aplique debe ser correcta y hay que seguir ciertas pautas. Si tienes dudas sobre cómo enseñar un nuevo idioma a tu hijo, ¡ya sabes dónde encontrarme!
By Susana, Mamidiomas.